Antiguamente, cuando en España no había ni kiwis ni pistachos ni elecciones, hacer una gestión burocrática era un tormento igual que ahora, pero tenía su gracia pedir la vez, pelear contra los que se intentaban colar, ver qué papel era el que iba a faltarte esa vez, comprar las pólizas para los huérfanos correspondientes... además, había documentos que tenían un enorme contenido, como el certificado de penales.Entre ayer y hoy he hecho una importante gimkana para cambiar el titular de mi antigua moto: he esperado seis colas -el la última incluso iba enchufado y me la he saltado-, he rellenado impresos, pagado tasas y hecho fotocopias en una máquina cruel que ni daba cambio ni explicaciones.
En fin, es San Andrés, y hoy comienza la novena de la Inmaculada Concepción.
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