miércoles, 24 de mayo de 2006

Canje de puntos


Cuando la batería del móvil ya no dura ni media tarde, los habitantes de este primer mundo globalizado, miembros del Opus Dei incluidos, debemos pasar por el trance de canjear puntos, de estar atentos a ofertas, de comparar prestaciones absurdas que convierten cada día a los teléfonos en mucho más de lo que imaginó Alexander Graham Bell. Difícil trance repleto de trampas para los menos expertos. No es nada comparado con un problema de verdad; pero es todo un trance. No porque los vendedores sean trileros -son vendedores, que no deja de ser una profesión como otra cualquiera, que puede ser lugar de búsqueda de la santidad-, sino por el trance.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigo tu blog prácticamente todos los días. Debo agradecer el párrafo diario que escribes que, a los opositores como yo, nos alegra un poco el día.
Cualquier cosa puede ser santa, desde luego. Leer ese pequeño párrafo puede servir para hacer un paréntesis entre horas de estudio y despejar la mente.
Sinceramente, gracias.
P.D.: No olvides incluir a los opositores en tus oraciones !!