Se equivocan los que piensan que en el Metro no se puede hacer de todo. Esta foto prueba que es buen lugar para pasear al niño (la criatura quería soltarse de los brazos de su madre para correr, pero su madre le explicó que todos los niños buenos iban sentados. El niño tuvo la prudencia de no pedir detalles acerca de la maldad de los que íbamos de pié), para poner SMS, para leer o para dormir. Yo en el Opus Dei he aprendido a rezar por todos los que me encuentro, también en el Metro, aunque sea malo por ir de pié.
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