He estado en casa de un amigo jugando al pádel. En realidad él no tiene ni casa ni pádel, pero en verano cuida un pedazo de chalet de un pariente y se da el gusto de invitar a los amigos, que gorroneamos a conciencia.
Tiene dos niñas pequeñas: una de ellas habla sin parar. Yo no entiendo una palabra de lo que dice; pero su madre lo entiende todo, y eso que soy lingüista.
Me ha enseñado unas fotos asombrosas que ha hecho muy de cerca a todo tipo de insectos. Le he propuesto publicar alguna en mi fotoblog; pero me ha dicho que prefiere hacer uno propio.
La del abejorro es mía.
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