Me envía un amigo esta brillante imagen de un espectacular artilugio.
Iba a poner esta foto junto a un comentario que he recibido recientemente en el que se me preguntaba por la relación de este blog con el Opus Dei; pero no encuentro el comentario. Debió llegarme por e-mail y debí borrarlo. Tal vez me ha llegado por otro medio y ahora no lo encuentro porque lo busco mal o porque lo guardé mal. No lo sé.
La verdad es que me aburre un poco hablar de este asunto con tanta frecuencia. Entiendo que los recién llegados no tienen por qué buscar y leer todo lo que ya he dicho sobre ese asunto (ahora que lo pienso, la solución a mi problema podría estar en poner bien las etiquetas; pero es que las etiquetas no son mi fuerte)...
Total: la relación de este blog con el Opus Dei es que yo -el autor- soy del Opus Dei. Siempre cuento cosas que me pasan o se me ocurren y procuro ilustrarlas con fotos hechas por mí. A veces hablo de asuntos más relacionados con cuestiones específicas de la Obra. Otras veces, como hoy, hablo de que un amigo me ha enviado una foto y quería compartirla. En estos segundos momentos soy tan del Opus Dei como en los primeros. Esto no es una tesis doctoral sobre el Opus Dei, ni los del Opus Dei somos señores que residen sobre columnas desde las que peroran sabia y católicamente. Esto es un blog, y yo soy católico pero un poco asno: eso es todo.
(Releo lo que he escrito. Debo aclarar que no estoy enfadado, aunque temo que el síndrome postvacacional se está haciendo fuerte en mis entrañas).
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