He tenido una llegada accidentada, con calor, paso por urgencias del Hospital de la Princesa ayer tarde para acompañar a una pierna hinchada y a su propietario (allí vi en directo cómo llamaban por megafonía a Rebeca Sánchez Perro, a Ramón Miembro Pellón e incluso a Envoltorio Medrano: a todos ellos mis mejores deseos de que les fuera leve), encuentro esta mañana en la oficina con muuuuuuuchos asuntos pendientes, y necesidad de leer y contestar más de trescientos e-mails.
Menos mal que vengo con las pilas cargadas y recién acogido a la intercensión de uno de los hijos del trueno... que si no, no se qué hubiera sido de mí.
Ya veré qué hago con los días que he dejado en blanco y con las toneladas de fotos que he hecho estos días. Por ahora recomienzo el blog y punto.
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