Ayer por la tarde regresé a Madrid. Como se puede ver, traigo pruebas de mi estancia en Santiago de Compostela.
He tenido una llegada accidentada, con calor, paso por urgencias del Hospital de la Princesa ayer tarde para acompañar a una pierna hinchada y a su propietario (allí vi en directo cómo llamaban por megafonía a Rebeca Sánchez Perro, a Ramón Miembro Pellón e incluso a Envoltorio Medrano: a todos ellos mis mejores deseos de que les fuera leve), encuentro esta mañana en la oficina con muuuuuuuchos asuntos pendientes, y necesidad de leer y contestar más de trescientos e-mails.
Menos mal que vengo con las pilas cargadas y recién acogido a la intercensión de uno de los hijos del trueno... que si no, no se qué hubiera sido de mí.
Ya veré qué hago con los días que he dejado en blanco y con las toneladas de fotos que he hecho estos días. Por ahora recomienzo el blog y punto.
He tenido una llegada accidentada, con calor, paso por urgencias del Hospital de la Princesa ayer tarde para acompañar a una pierna hinchada y a su propietario (allí vi en directo cómo llamaban por megafonía a Rebeca Sánchez Perro, a Ramón Miembro Pellón e incluso a Envoltorio Medrano: a todos ellos mis mejores deseos de que les fuera leve), encuentro esta mañana en la oficina con muuuuuuuchos asuntos pendientes, y necesidad de leer y contestar más de trescientos e-mails.
Menos mal que vengo con las pilas cargadas y recién acogido a la intercensión de uno de los hijos del trueno... que si no, no se qué hubiera sido de mí.
Ya veré qué hago con los días que he dejado en blanco y con las toneladas de fotos que he hecho estos días. Por ahora recomienzo el blog y punto.
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