domingo, 15 de octubre de 2006

Un buen texto

Hoy he estado de retiro. He dado una vueltecita al texto del Via Crucis que el cardenal Ratzinger compuso para la Semana Santa de 2005. Es muy bueno. Por supuesto, lo recomiendo completo, pero avanzo consideraciones como la siguiente:

"Pilato no es un monstruo de maldad. Sabe que este condenado es inocente; busca el modo de liberarlo. Pero su corazón está dividido. Y al final prefiere su posición personal, su propio interés, al derecho. También los hombres que gritan y piden la muerte de Jesús no son monstruos de maldad. Muchos de ellos, el día de Pentecostés, sentirán «el corazón compungido» (Hch 2, 37), cuando Pedro les dirá: «Jesús Nazareno, que Dios acreditó ante vosotros [...], lo matasteis en una cruz...» (Hch 2, 22 ss). Pero en aquel momento están sometidos a la influencia de la muchedumbre. Gritan porque gritan los demás y como gritan los demás. Y así, la justicia es pisoteada por la bellaquería, por la pusilaminidad, por miedo a la prepotencia de la mentalidad dominante. La sutil voz de la conciencia es sofocada por el grito de la muchedumbre. La indecisión, el respeto humano dan fuerza al mal".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy 'laicales' tus comentarios. Parece que ser numerario del Opus es ser bastante beato o esa es la sensación que das. Yo entiendo que es difícil compaginar los votos/compromisos (consejos evangélicos en cualquier caso) de pobreza, obediencia y castidad, con "ser un corriente corriente en medio del mundo". Vamos, que la obra no saca a nadie de su sitio ¿verdad? Menudo olor a sacristía!
Oremus...
Ay si san Josemaría levantara la cabeza!!
Juan

Enrique Muñiz dijo...

Hacía mucho tiempo que no recibía un comentario como el que ha puesto anónimamente Juan a las 15.30.

Tal cual lo dejo.
No voy a ponerme a discutir.
Si quieres hablar, Juan, tienes mi e-mail.