
"Pilato no es un monstruo de maldad. Sabe que este condenado es inocente; busca el modo de liberarlo. Pero su corazón está dividido. Y al final prefiere su posición personal, su propio interés, al derecho. También los hombres que gritan y piden la muerte de Jesús no son monstruos de maldad. Muchos de ellos, el día de Pentecostés, sentirán «el corazón compungido» (Hch 2, 37), cuando Pedro les dirá: «Jesús Nazareno, que Dios acreditó ante vosotros [...], lo matasteis en una cruz...» (Hch 2, 22 ss). Pero en aquel momento están sometidos a la influencia de la muchedumbre. Gritan porque gritan los demás y como gritan los demás. Y así, la justicia es pisoteada por la bellaquería, por la pusilaminidad, por miedo a la prepotencia de la mentalidad dominante. La sutil voz de la conciencia es sofocada por el grito de la muchedumbre. La indecisión, el respeto humano dan fuerza al mal".
2 comentarios:
Muy 'laicales' tus comentarios. Parece que ser numerario del Opus es ser bastante beato o esa es la sensación que das. Yo entiendo que es difícil compaginar los votos/compromisos (consejos evangélicos en cualquier caso) de pobreza, obediencia y castidad, con "ser un corriente corriente en medio del mundo". Vamos, que la obra no saca a nadie de su sitio ¿verdad? Menudo olor a sacristía!
Oremus...
Ay si san Josemaría levantara la cabeza!!
Juan
Hacía mucho tiempo que no recibía un comentario como el que ha puesto anónimamente Juan a las 15.30.
Tal cual lo dejo.
No voy a ponerme a discutir.
Si quieres hablar, Juan, tienes mi e-mail.
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