jueves, 3 de mayo de 2007

A escondidas

He aquí a un médico fumador echando un pitillo entre quirófano y quirófano, en medio de las basuras de su hospital. Por lo menos no llovía. Por cierto, que yo fui al hospital de mero chofer: ni a mí ni a ninguno de los de mi Centro del Opus Dei nos pasa nada especial y, como dcie uno de ellos- procuramos acudir a los médicos el tiempo justo, "antes de que nos encuentren algo... o nos lo provoquen". Es broma.

No hay comentarios: