Esta foto la hice en el aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci, de Roma (por cierto, el nombre del aeropuerto -y el propio Leonardo- es anteriror al Código Da Vinci: lo sé de buena tinta). Entre la recogida de maletas y el tren que te lleva a Roma pasas por ese desfiladero de gente con letreros que espera la llegada de gente a la que no conoce. Un pelín impersonal sí que es. Hoy he ido a la T4 de Barajas -que ya tiene Metro y todo- a recoger a uno de mi Centro del Opus Dei que venía de Bruselas; pero he ido sin letrero y sin cámara de fotos.
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