O lo que es lo mismo: “también los monos se caen de los árboles”. Un proverbio bastante aplicable a mi caso, experto viajero que a este paso se va a volver a casa sin las pantuflas solicitadas (estuve ayer en un hiper de la pantufla que era verlo para creerlo y oye, si eran de la talla no tenían letras japonesas y si tenían letras japonesas no eran de la talla, pero todavía me queda una tarde para conseguirlo). Pongo unas fotos rapiditas, que me están esperando para ir a cortarnos el pelo, actividad aparentemente sencilla en la vida real, como desayunar, coger el autobús o dormir (algún día escribiré sobre las almohadas de arroz), que de sencillo no tienen nada.



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