La historia del Opus Dei incluye una aventurilla muy maja en la que Álvaro del Portillo, Vicente Rodríguez Casado y Eduardo Alastrué suben de noche el Ocejón. En la foto se ve la Iglesia de Tamajón y al fondo el Ocejón. Escuché al menos dos veces a Vicente Rodríguez Casado ese episodio. También estuve en su entierro. Sobre todo, rezo por él.
Es un poco tonto lo que voy a decir; pero llevo con el de hoy 50 mensajes en este blog con el que no sé bien ni a dónde voy ni de dónde vengo: cuento cosillas que me pasan, pero reconozco que todo lo que pueda decir -al menos hasta que se junten, por ejemplo, los primeros 1.500 post- es pretencioso en comparación con el ambicioso título del blog... y sin embargo es bastante ajustado a la realidad aifrmar que los del Opus Dei somos tipos que vivimos aventuras, las narramos, las escuchamos, que vamos a entierros y que rezamos por vivos y difuntos: es decir, lo que contaba de Vicente Rodríguez Casado, otro numerario del Opus Dei como yo.
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