viernes, 25 de noviembre de 2005

El menda en un avión: lo más parecido a Tarzán en Nueva York



He dicho que los viernes iba a hablar de mis numerosos viajes profesionales por el mundo. También he dicho que viajar, lo que se dice viajar, he viajado poco; pero como ha habido veces en las que hasta he ido en avión, pongo esta secuencia que demuestra a la vez la soltura con la que manejo mi cámara a muchos mil metros de altura y mi tremenda torpeza oculo-manual. Las comidas que dan en los aviones no son inocentes.
En la primera estoy todo feliz frente ante una especie de raviolis de verdura. En la segunda, ya he devorado mi ración, pero he dejado una lamentable huella en la camisa de esas que hubieran servido para nunciar Ariel.
Llegados a este punto diré una cosa: los numerarios del Opus Dei bendecimos la mesa, aunque sea en los aviones: momento en el que la bendición va igual de bien, aunque sea muy generoso hablar de "mesa" y no digamos ya lo de "estos alimentos que vamos a tomar".

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