lunes, 28 de noviembre de 2005

Las dichosas gafas


He sacado por fin un rato para leer con calma algunas cosillas que tenía pendientes por aquí y por allá: del Prelado del Opus Dei sobre el lavatorio de los pies -el sacerdocio unido al amor y al servicio en ese gesto-, de la carta "Dies Domini" de Juan Pablo II... He sacado buenas notas.
Por lo demás, ya conté que el oftalmólogo me dijo que tenía que usar lentes progresivas. Hoy he pedido un segundo presupuesto para esas gafas (en la foto, me pruebo una de esas de concha apaisadas que me dejan un aspecto aún más lamentable que el original sin gafas) y he escuchado comentarios absolutamente contradictorios sobre la eficacia, la conveniencia y la oportunidad de comenzar a usar ese tipo de gafas. A ver -nunca mejor dicho-. El más brillante es de un amigo que tiene desde hace años gafas con lentes progresivas: "la clave no está en conseguir ver bien de cerca y de lejos, sino en acostumbrarte a ver mal de cerca y de lejos". Pues sí que estamos buenos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No te compres esas gafas, no te favorecen nada de nada, hasta el Padre te lo diria, llevate al que tenga más sentido estético de tu casa a comprar las gafas¡¡¡, espero que no sea el que te acompañó cuando te hiciste la foto...
ánimo.

Enrique Muñiz dijo...

Gracias, anónimo, gracias:
La verdad, cuando me hice la foto no me acompañaba nadie: por eso me hice la foto.
De todas formas, se llevan mucho ahora la gafas de "concha apaisada", pero se te pone una cara de Urdaci que no me convence lo más mínimo.

Ana Moreno dijo...

Estaba buscando información sobre lentes progresivas y he encontrado tu web.

¿Cómo terminó el tema de las gafas progresivas? ¿Has llegado a probarlas? ¿Es una experiencia positiva o negativa?

Enrique Muñiz dijo...

Amzubi:
Finalmente me compré unas gafas progresivas. Debió ser hace año y medio, creo que lo conté, pero no sé en qué fecha.
Mi experiencia es buena. Algo hay de lo que mi amigo decía acerca de acostumbrarse a ver mal de cerca y de lejos; pero el caso es que lees con dificultad y no tienes que estar cambiando de gafas: miras por arriba o por abajo sin darte demasiada cuenta.
Sé que hay gente que no se acostumbra, pero a mí me va bien... de momento.