viernes, 4 de noviembre de 2005

Buenos audífonos para el museo de un gran sordo


Como lo que tengo son fotos de este verano en Colonia, y no me gusta hacer comentarios sin foto, y hoy he tenido un día realmente normal, y me apetece presumir de los pocos viajes que hago, y me he propuesto decir algo a diario en mi diario, hoy pongo foto sacada en el patio de la casa natal de Beethoven en Bonn.
El alemán que nos acompañaba nos explicó que los austriacos piensan que Beethoven nació en Austria y Hitler en Alemania, cuando lo que sucedió en realidad fue lo contrario. Una maldad como otra cualquiera: seguro que hay millones de austriacos mucho más salados que el que mencionaba.
Pero lo que quiero decir es lo que más me impresionó de la casa de Beethoven. Musicalmente no soy un tipo muy cultivado, por eso se me hizo pesada la corta visita; pero me gustaron dos cosas: el folleto en castellano que repartían en la entrada (lo tengo subrayado bien plagadito de errores de traducción) y la colección de audífonos del gran compositor, que como todo el mundo sabe murió sordo como una tapia. Había audífonos realmente espectaculares, grandes como cacerolas con tus trompetillas para adaptarse al oído y yo saqué mi leccioncita acerca de la lucha contra las propias limitaciones, que en mi caso son muchas.

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