Los aeropuertos de Alemania son modernos modernos. Me quitaron hasta los zapatos para ver si llevaba explosivos o drogas, pero una vez superada la prueba (no llevaba ni lo uno ni lo otro: llevaba meros pies) existen unos mostradores de acceso libre (y de gratis, vamos) en los que puedes hacerte un café o una infusión o doce. Incluso si sabes alemán, puedes elegir lo que te vas a tomar y no escogerlo al azar, como hice yo.
Ahora que sale lo de los idiomas, y que funciona el contador este por países (a veces no funciona, pero creo que no es por mi culpa), me gustaría aprovechar para decir que me gustaría saber idiomas, me gustaría decir algo en cada idioma a los exóticos visitantes de este blog; pero no puedo. O sea, que soy del Opus Dei y no sé más que castellano, un poquito de italiano y un poquito de inglés.
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