jueves, 17 de noviembre de 2005

Ahora y en la hora de nuestra muerte

Una de las cosas que los del Opus Dei procuramos hacer todos los días es rezar el Rosario.
Por mi forma de ser creo que nunca triunfaré como bloguero intimista; pero hoy estoy un poco más deshinibido de lo normal y me siento con fuerzas de reconocer que hay pocas cosas que produzcan más satisfacción que rezar todos los días cincuenta Avemarías a la Madre de Dios para que me haga mejor, para que ayude a los chavales de las bandas callejeras, al Papa y a todos los obispos, a los muchos protagonistas del fracaso escolar, a los musulmanes, a los poderosos, a los guionistas de las teleseries de televisión, a mis sobrinos, a los que se han ido esta tarde al curso de retiro que organiza mi Centro, al portero de mi casa -que hoy tenía mala cara-, a todos; y que consigamos trabajar de verdad para conseguir un mundo mejor y más justo... "ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

9 comentarios:

Anónimo dijo...

ya te estás pareciendo más al blog de Igo. Enorabuena, y sigue aprendiendo de ella.

Anónimo dijo...

que es eso de la anti- supernumeraria?????

Anónimo dijo...

pienso que tus recciones son poco comunes dentro del OPus¡¡¡
No se, me cae my bien esta chavala, lo único malo es que quizás toda esa vitalidad de ideas, de vida y de sentimientos empiezen a morir en cuanto los del opus la obonen con toda su doctrina.
Igo, no te molestes por esto, lo pienso de veras, me caes muy bien.

Anónimo dijo...

No es muy extraño que un numerario y una supernumeraria esten en este blog con tanta fluidez verbal?

Enrique Muñiz dijo...

Ha llegado el momento de decir la verdad.
Este blog lo hago realmente como terapia de recuperación de la normalidad. En realidad dedico el día a dar de comer carne cruda de ornitorrinco a supernumerarios que tengo encerrados en unas jaulas en los sótanos de mi centro. Primero vienen a recibir formación, pero poco a poco les vamos quitando la libertad hasta que quedan convertidos en algo parecido a mandriles adiestrados.
Reconozco que se me ha visto el plumero desde el primer momento. En nuestro riguroso adiestramiento no nos enseñan a fingir como es debido. Realmente no me llamo Enrique Muñiz, soy un mutante con dos cabezas que procede del planeta Ziborg y deseo lo que todos los numerarios: apoderarme del mundo a través del cristianismo y de Ikea, sobre todo de Ikea, que no me negarán que es una idea comercial repleta de claves sectarias.

Una vez que me he quitado la careta, ya no puedo hablar con Igo, porque como todo el mundo sabe no nos está permitida la comunicación más que en esperanto y durante la cuaresma de los años pares. Pero si pudiera (y esto lo haría en serio) diría a Igo que no tema por su libertad, que no responda a los caldos de cabeza que cada uno de los anónimos emite cuando la realidad no coincide con sus absurdas composiciones de lugar... y que no espere que conteste a cada uno de los mensajes que aparecen en mi blog: soy un mutante que ni come ni duerme, pero en torturar al prójimo empleo tanto tiempo que no me quedan apenas minutos libres.
Ale, a dormir.

T dijo...

Enrique, la foto de dónde es?
Gracias.
Toñi

Enrique Muñiz dijo...

Toñi:
La foto está hecha en el jardín de El Soto, una casa de retiros que está en Soto del Real (Madrid).

Galsuinda dijo...

Hola, Enrique, ante todo Feliz Navidad.

Gracias, muchas gracias, un poco tardías, por tu amable respuesta. A veces pienso que los comentarios que hago en otros blogs me dan también aviso... :(

Toñi

Enrique Muñiz dijo...

Feliz Navidad, Toñi:
He intentado poner un comentario en Foro Pelayo, pero sólo admiten comentarios de los usuarios registrados allí (o algo así). Sólo quería decir que me había encantado la carta de la Madre Teresa y responder a la felicitación de Navidad.