Sigo abollado. Hoy ha sido el entierro de Javier. He estado muy atento a la actualidad del día: me desanima que cada vez sea más difícil acceder a información que no esté mezclada de mucha carga ideológica. Espero que todos aprendamos a no crisparnos los unos a los otros.
Total, que en medio de esto, me ha resultado muy sugerente la lectura de una homilía que pronunció Benedicto XVI en Bari. Ahí se lee que "En la Eucaristía, Cristo está realmente presente entre nosotros. Su presencia no es estática. Es una presencia dinámica, que nos aferra para hacernos suyos, para asimilarnos a él. Cristo nos atrae a sí, nos hace salir de nosotros mismos para hacer de todos nosotros uno con él" y también que "no podemos comulgar con el Señor, si no comulgamos entre nosotros. Si queremos presentaros ante él, también debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias".
Total, que no recupero el ánimo suficiente para poner fotos que no sean otoñales; pero gracias al Papa voy remontando.
4 comentarios:
El usuario anónimo dijo...
soy el anonimo de antes. No es mi intencion criticar. solo me asombra que se mezcle en este blog que se llama "el opus dei desde dentro" los aperitivos y los bocatas de calamares entre otras simplezas. Para no ser anónimo me llamo Raul y soy de Valencia. Necesitas mi DNI?
12 noviembre, 2005 19:18
Gracias por insistir, Raúl. Ya he dicho algo un poco más abajo acerca de si debes enviar tu DNI o no.
Respecto al nombre del blog y su contenido, no descarto cambiar el título, pido disculpas a quien le resulte confuso, y aseguro que todo lo que cuento es verdadero: es decir, "intento mostrar desde dentro cómo es la vida de este numerario" y para ello cuento que tomo aperitivos y bocadillos de calamares al salir de la Misa de La Almudena en la Plaza Mayor o que estoy fastidiado por la muerte de un amigo. Esto es lo que hay. Tal vez alguien esperaba que publicase los planos del oratorio de mi Centro -esa sería otra forma, ciertamente, de hablar del Opus Dei desde dentro- y sin embargo lo que hago es contar asuntillos de mi vida, que transcurre dentro del Opus Dei.
En fin, siento el trabalenguas: lo dicho, si genero mucho desconcierto, cambiaré el título.
Hola Enrique, como este blog es para contar la vida cotidiana de un numerario, a mi me gustaría saber algo sobre las normas que rigen esa vida diaria, y si son las mismas para los numerarios que para las numerarias. He oido que no es así, y que las reglas son distintas para unos y otras, mas benévolas y permisivas para vosotros que para ellas; y creo que para saber la verdad hay que escuchar a ambas partes, tanto a los críticos con la institución como a los miembros del OD.
Olivia:
Te pido paciencia: poco a poco (un poco cada día para ser exactos) contaré detalles de mi vida cotidiana. Como me voy mucho por las ramas, tal vez sea mejor que entres sólo una vez al mes. Es sólo un consejo: cuanto más entres mejor para mí, y si además pinchas en la publicidad de Google, hasta gano dinerillo.
No me siento con fuerzas para detallar en esta contestación todas "las normas que rigen mi vida diaria", pero sí te puedo avanzar que las principales son la búsqueda de la santidad y el apostolado (algo apasionante que se puede hacer de muchas formas, ciertamente), y que en los detalles me siento mucho más constreñido por las lógicas normativas comunitarias, estatales, autonómicas y municipales, que, por ejemplo, por el horario de mi Centro. Porque eso sí debo reconocerlo: en mi Centro hay horario.
Dudo que "para saber la verdad hay que escuchar a ambas partes, tanto a los críticos con la institución como a los miembros", pero creo que eso no es asunto mío.
Publicar un comentario