El otro día me hicieron un comentario que ahora no encuentro (o lo borré porque decía algo más que no me gustó, o lo borré por error, o sencillamente no lo borré y ahora no lo encuentro) acerca del mal uso que hice de la palabra "morbo". Ciertamente, dije que los blogs tienen morbo: no lo dije del mío en particular, lo dije de los blogs en general.
El Diccionario de la Real Academia, en sustancia, admite tres significados de esa palabra: enfermedad, interés malsano por personas o cosas, y atracción hacia acontecimientos desagradables.
Debo reconocer que el que me dijo que no estaba bien usada la palabra tiene toda la razón. Podría decir en mi descargo que no soy el único que usa con exactitud esa palabra, y que esa curiosa curiosidad con la que uno accede a los blogs, equiparable tal vez a la que emplearía para echar un vistazo furtivo al diario personal de un amigo tiene algo de "interés malsano por personas o cosas"; pero creo que es más sencillo esperar a que una nueva edición del diccionario arrime el ascua a la sardina de las inofensivas curiosidades, y lo aparte del mundo de las enfermedades.
Gracias por el comentario aquel, y disculpas por la supresión. A veces suprimo rápido y sin demasiado equidad: no tengo tiempo para responder con calma, no encuentro rápido con el razonamiento adecuado, no me apetece hablar del tema propuesto...
Pongo foto de perro de la pradera asomado a la boca de su madriguera. Le interesan los acontecimientos desagradables, pero no más que los agradables. A estos perritos les interesa todo. No son animales con morbo. Creo.
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