El 8 de diciembre publiqué una foto de un perro. Es bastante parecido al que he fotografiado hoy, pero creo que no es el mismo.
Me descolocan los puentes. No digo que no me gusten: simplemente me descolocan estas semanas con dos domingos y el lunes en pleno martes. He sacado un buen rato para leer. También he conseguido ver el Telediario completo, declaraciones de Chávez sobre Bush incluidas: curioso mundo, espantosos sucesos, terrible botellón, curiosas fallas.
Reconozco que este numerario del Opus Dei ha aprovechado la confusión de traslado de la fiesta de San José para completar hoy las felicitaciones a Pepes y Pepas que no hice ayer.
5 comentarios:
Muchas gracias por tu enlace.
Me reí con lo de los puentes... me costó entender de que se trataba. En Chile les llamamos "sandwich" o de frentón "sánguches" y son mejores cuando el feriado es el martes y te tomas el lunes.
Gracias por las referencias a San José.
¿de donde sacaste el "feature" de los países?
terrible botellón?. Estás amargado, chaval....
¿Amargado por calificar los botellones de terribles? Me parece que los que están amargados son los que participan en ellos. Yo no los llamaría terribles -no me encaja el término- porque, además, supondría otorgarles demasiada importancia. Son patéticos: gente que, probablemente sin culpa suya (quizá la culpa sea de sus predecesores), acaban diciendo (autoconvenciéndose) que se divierten bebiendo y poco más. Eso sí, en masa. Aparte están los hipócritas causantes de que esa misma masa despendolada se arrastre por la vida sin más entusiasmo que el de beber y beber (por decir algo). Paradójicamente me identifico con casi todos los argumentos de los participantes en botellones: afirman que no les queda más alternativa de ocio (es decir, no dicen: "¡qué suerte, puedo hacer botellón que es lo que más me dignifica, me culturizo, me preocupo de los demás, encuentro las energías para estudiar más, para trabajar mejor, para ayudar a otros…!"). No, nos engañemos, están ahí por que no les queda más remedio: las posibilidades de divertirse de otra forma algo más enriquecedora, han sido denigradas, obstaculizadas y vituperadas hasta lograr desterrarlas de la vida de estos jóvenes.
Me parece, no obstante, que si se repasa este blog, se pueden decir muchas cosas del autor pero la de que esté amargado me parece un prejuicio que delata a quien lo profiere. Pero, bueno, cada cual que asuma sus desgracias. Acabo ahorrando la preguntita de siempre: no, no le debo nada al autor del blog, excepto una cierta admiración. ¡Qué le vamos a hacer!
Hay otros asuntos sobre los que me cuesta dar mi opinión en este blog. Por ejemplo, me cuesta hablar de política aquí: por un lado no sé mucho de política y por otro hay gente que podría pensar que todos los del Opus Dei pensamos igual.
Sí he dicho que soy del Atlético de Madrid, y no creo que nadie haya sacado la conclusión de que todos los del Opus Dei vamos con el mismo equipo; pero no sé qué tiene la política para que se dé más fácilmente a las interpretaciones no deseadas.
Total, a lo que iba: que de algunas cosas aquí no opino; pero del botellón sí: ME PARECE MAL. No sé si tan mal como a la ministra de Sanidad, pero bastante mal sí. Y me parece que "terrible" es un adjetivo que va bien para la impresión que me producen las borracheras televisadas de estos días (además en sus tres acepciones: 1. Que causa terror. 2. Difícil de tolerar. 3. Muy grande o desmesurado).
Que los chavales no tienen toda la culpa de ese disparate, también me parece claro.
Que no es justo etiquetar a toda la juventud por unas modas que tendrán también versiones más inofensivas que las que ponen por la tele, también.
En cuanto a la "feature" por la que pregunta Acheve, si pinchas (o clickeas) en ella te lleva al sitio: hay que registrarse y te dan las instrucciones.
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