No dejo de escribir mi diario de los días pasados en Colonia si escribo unas líneas sobre el Prelado, el Padre. Algo podría decir de su extraordinaria memoria o de su preocupación por la santidad de cada uno de los fieles del Opus Dei y la vibración con la que aprovecha cualquier ocasión para hablar de Dios; pero me quedo con la manifestación de olvido de sí que incluye su participación en las Jornadas de Colonia: visitas, reuniones con otros obispos, peregrinación a la catedral, actos de aquí para allá, dos mañanas de catequesis de más de tres horas cada una, madrugón el domingo para llegar a tiempo a la Misa tras haber participado también en la Vigilia del sábado. Ciertamente, la organización preveía alguna deferencia con los obispos: autocares especiales, etc. Ciertemente, él tiene ahora 73 años. Y muy bien llevados. El 7 de agosto celebró sus Bodas de Oro sacerdotales.
1 comentario:
No soy de la Obra, pero ciertamente para mí también es el Padre, haber estado en ocasiones con él me ha acercado un poquito al Cielo, ojalá y celebremos muchos años a su lado.
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