La foto no es muy buena, pero es de unos pájaros bueyeros, que al parecer tienen una vida salvaje dedicada a alimentarse de las porquerías que llevan los bueyes encima. Supongo que aunque no es deseable para ningún animal la vida en cautividad, en este caso da menos lástima: por lo menos comen en platos.
Pero no debo irme por las ramas, ni a cuento de los bueyeros, que luego se me queja la audiencia: hoy sábado he realizado numerosas actividades, que no voy a enumerar. Sólo voy a destacar dos detalles: he rezado hoy la salve (procuro hacerlo todos los sábados: aunque conviene recordar que se trata de una actividad que los del Opus Dei no hacemos ni mejor ni peor que otros cristianos) y he hablado de los medios de formación que se dan en mi centro los fines de semana con un viejo amigo abogado que tiene 23 años y una banqueta de preocupaciones con tres patas: aprender inglés, echarse novia y dejar de salir del curro cada día a las 10 de la noche.
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