viernes, 17 de febrero de 2006

Un letrero de azulejos que... tranquilidad: no está en el cuarto de este numerario del Opus Dei


Llegan todos los días a este numerario del Opus Dei unas estadísticas con datos acerca de las entradas del blog. No hay quien las lea; pero contienen datos muy curiosos: por ejemplo, ayer entraron lectores de Spain, Switzerland, Italy, Uruguay, Canada, Czech Republic, United Kingdom, France y United States. Otro ejemplo: más o menos el 40% de las entradas tienen lugar entre las 9 y las 10 de la mañana... ¿me incluyen en su "vistazo a la prensa" matinal? Qué honor. Sorprendente todo.
Mantengo el tono castellano-leonés de temática viajera y pongo foto de los azulejos de la estación de tren de Ortigosa del Monte, Segovia. Es la estación de Molinoviejo, lugar al que he viajado últimamente incluso en tren de dos pisos. Hay que ver lo bonitos que pueden llegar a ser unos simples azulejos.
No puedo omitir que mi taco del Sagrado Corazón da hoy detalle de los nombres de los siete Santos Fundadores de los Servitas (bella historia la suya en la Florencia de los siglos XIII y XIV): Alejo, Bonfiglio, Bonajunta, Amideo, Sosteneo, Lotoringo y Ugonio.

11 comentarios:

raúl solera dijo...

No acabo de entender como una persona inteligente puede pertenecer al Opus Dei.
En algún momento esto te obliga a no preguntarte determinadas cosas sino aceptarlas sin más.
En teoría eso automáticamente convertiría en una persona no inteligente.
Como persona no ineligente si que te veo en el Opus Dei.
¿Pero no habíamos quedado en que eras inteligente?

Anónimo dijo...

¿En teoría automáticamente las personas inteligentes son aquellas que en ningún momento aceptan determinadas cosas sin más en vez de hacerse preguntas?
¿Hay por ahí alguna lista de personas verdaderamente inteligentes en la práctica?
¿Encabeza la lista Raúl? ¿la encabeza Muñiz?
¿Pero no habíamos quedado en que las personas inteligentes no encabezan?
No sé si están peor los que hacen blogs o los que dejan comentarios anónimos. No creo que Muñiz sea del opus. No sé si Raúl es inteligente: pero lo que está claro es que se expresa lamentablemente mal.

Anónimo dijo...

Raúl, de verdad, me deslumbras con tu inteligencia. Quizá sea ignorancia (por mi parte, se entiende) pero no gozo de esa visión cristalina de la que haces gala.

Me despido con mi opinión al respecto: lo inteligente es saber descubrir lo valioso en lo ajeno, porque creerse uno mismo un fenómeno está al alcance de cualquier mente, por muy enana que sea. Pero reconocer que hay otros que, aun pensando diferente, pueden ser tipos inteligentes, incluso más inteligentes que nosotros, eso sí que es síntoma de buen funcionamiento neuronal.

Como tú mismo sugieres, pregúntate por qué hay personas inteligentes en lugares que te sorprenden. "No aceptes sin más" la pregunta (¿la respuesta?): estudia el tema (con rigor, como acostumbran las personas inteligentes).

Anónimo dijo...

Respecto al primer usuario anónimo (porque el segundo soy yo) me llama la atención que diga textualmente: "No sé si están peor los que hacen blogs o los que dejan comentarios anónimos". Nunca había visto un ejemplo tan elocuente de tirar piedras sobre el propio tejado. Evidentemente no comparto ni sufro ese dilema.

Aparte de este matiz lingüístico, te saco del error más básico sobre todo si te mueves por este blog: Muñiz SÍ es del Opus. Esto no es una opinión o algo que se pueda relativizar sin más: es un dato que rezuma por todos lados y fácil de constatar (creo que el mismo Muñiz dirá algo al respecto. O no).

Por cierto, no entiendo por qué las personas inteligentes no pueden encabezar algo. Me he debido de perder algo de la jugada. En fin, no se puede pretender saberlo todo en esta vida.

Anónimo dijo...

Pues mi marido es del Opus Dei y es muy inteligente. Ay, que voy a yo...

Anónimo dijo...

Perdón, quería decir "Ay, que voy a decir yo..."

Enrique Muñiz dijo...

Mucho no tengo que añadir, la verdad. Sólo agradecer la visita de Raúl (es de agradecer que de vez en cuando aparezca un no-anónimos) y confirmar que soy del Opus Dei.

En cuanto a si tengo mucha o poca inteligencia, no sé qué decir. Lo que puedo asegurar es que tengo mucho sueño.

Hasta mañana.

raúl solera dijo...
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raúl solera dijo...

Gracias enrique, da gusto tratar con gente como tú, sólo espero que mi reflexión, probablemente poco afortunada, de una persona ajena al opus y de hecho atea, no te haya ofendido pues no era mi intención.
En cualquier caso insisto en mi pregunta, ¿no es difícil desde una postura crítica aceptar verdades absolutas sin cuestionarlas?
Y también insisto para los anónimos, no es una crítica, es una reflexión. Allá cada uno.

Anónimo dijo...

Hola, Raúl, soy el anónimo 3 y 4 (que era el mismo). No es fácil saber si Muñiz es inteligente o no: es una pregunta que nunca debe hacerse al interesado. Esas cosas caen por su propio peso. Por ejemplo, tú en 2 comentarios has demostrado que sí lo eres. Te cuestionas las cosas y te propones resolverlas. Eso ya es un método inteligente. Sobre todo cuando vemos a tanto visceral y autocomplaciente suelto por ahí. A mi me pasa lo mismo que a ti respecto al ateismo: me cuesta creer que se pueda no creer. Pero ya se ve que es una posibilidad totalmente real y legítima. Un saludo.

Enrique Muñiz dijo...

Me he dado un buen paseo por el blog de Raúl. Hay que ser valiente para reconocer que Michel Houellebecq es uno de tus autores favoritos.

Vengo fascinado por lo de las 25.000 duchas y por el descubrimiento de Luis San Luis; pero no me he atrevido a dejar comentarios... ya lo haré (tengo que estudiar lo de mi forma de ducharme).

Espero que no se ofendan los anónimos si les ignoro y sigo con nuestro diálogo.

No sé si es más fácil entender que alguien inteligente sea creyente o que sea ateo; pero no me parece que la clave sea la capacidad de tragarse verdades absolutas sin hacerse preguntas. Yo tengo respuesta a preguntas sobre la vida, la muerte, el sufrimiento...; y en el marco de la fe en la persona de la que existe más documentación de la Historia, Jesucristo (Dios y hombre verdadero); y en manos de una institución, la Iglesia, que ha aportado a nuestro mundo, por ejemplo, las universidades, los hospitales o las catedrales.

En fin, tampoco quiero pasarme. Tú no quisiste ofenderte y esa no es en absoluto mi intención ahora.